Hablar de vivienda es hablar no solo de un edificio donde viven algunas personas, para la mayoría de la población tener un hogar significa un proyecto vital, hacer planes de vida que van más allá de lo puramente físico. Significa tener un espacio de poder y desarrollo personal fruto del proceso de maduración que cualquier ser humano experimenta al hacerse adulto. Para las personas con TEA (Trastorno del Espectro Autista) son más adecuadas viviendas organizadas con un máximo de seis personas. Nuestro objetivo prioritario de crear entornos cálidos y comunicativos solo será posible si los hogares son manejables y personalizados (Centro de Documentación y Estudios SIIS, 2011).
Desde nuestra visión de los hogares, intentamos fomentar la personalización de los espacios individuales o compartidos, con objetos personales de cada cliente, respetando sus gustos y preferencias en cuanto a la decoración de los espacios comunes y favoreciendo la personalización de cada dormitorio. Objetos de su anterior casa y objetos comprados con sus recursos o fabricados por ellos contribuyen a hacer más cálido y próximo el hogar de grupo.
2.- Nuestra misión: Conseguir un entorno hogareño.
Nuestra finalidad es prestar apoyos y velar por los intereses y derechos de los residentes a través de un servicio flexible que proporcione un repertorio de actividades y experiencias adaptadas a los deseos y expectativas de los clientes. A su vez, intentamos contribuir a que cada persona con TEA tenga una vida de calidad como ciudadanos de pleno derecho, todo ello desarrollado en un entorno hogareño cargado de calidez y respetuoso con sus características personales (Autismo Cádiz, 2017).
3.- Vivienda dentro del modelo de calidad de vida.
3.1. Independencia: Desarrollo de habilidades adaptativas, nuevos aprendizajes, estructuración, información y elección.
En el entorno de nuestras viviendas se hace primordial la continua creación de oportunidades de educación, nuevas metas y continuo aprendizaje, en definitiva, acción frente a pasividad, porque estamos convencidos de que la actividad es uno de los medios para conseguir una vida de calidad.
En un intento de clarificar y aunar los principios de intervención de inspiran nuestro trabajo, los hemos agrupados en cuatro bloques (Autismo Cádiz, 2017):
1. Actividad: Somos unos entusiastas partidarios de fomentar continuamente situaciones de trabajo, favorecer la actividad, que sean nuestros clientes los que actúan y no sujetos receptores de nuestras acciones.
2. Estructuración: Estos aspectos estarían también relacionados con la accesibilidad de los entornos y la posibilidad de que estos incorporen las necesidades de apoyo de las personas con TEA para que estas se desenvuelvan de la manera más independiente posible en los mismos (estructuración, apoyos visuales y a la comunicación, apoyos personales, etc.).
3. Individualización: Es imprescindible diseñar programas de actividades adaptados a las peculiaridades y expectativas de cada persona, teniendo muy en cuenta sus estilos de aprendizajes, sus capacidades e intereses.
4. Actitud profesional: Los profesionales somos los enlaces entre las personas que necesitan apoyo y su entorno. Debemos crear ambientes que proporcionen estabilidad, predictibilidad y seguridad, diseñar las condiciones para que todos -clientes, familia y profesionales- sepan qué se espera de cada uno.
3.2. Relaciones: Familia, compañeros y vecindad.
Al realizarse el traslado de su núcleo familiar al servicio residencial de hogares, se produce un enfrentamiento y adaptación a nuevas situaciones derivadas de cambios en las personas de referencia y del paso de la vivienda familiar a un servicio residencial. Desde nuestra visión fomentamos en todo momento que nuestros clientes mantengan una buena relación con sus familiares con opciones como las visitas en el servicio residencial, visitas cortas, llamadas telefónicas, videoconferencias o realizando los periodos vacacionales en el hogar familiar. Al igual que generamos oportunidades de mantener relaciones con personas de su entorno social, realizando un análisis sistemático y en continua supervisión de sus mapas de relaciones.
3.3. Contribuciones: Responsabilidades y tareas compartidas.
A lo largo del día, cada cliente va realizando las actividades asignadas según una planificación semanal, con el objetivo de que todos colaboren y participen en el desarrollo de las mismas.
No debemos olvidar que si queremos que el trabajo contribuya a mejorar las vidas de las personas con TEA, debemos buscar actividades funcionales que tengan sentido para ellos. Igualmente, intentamos que sus esfuerzos tengan una rentabilidad social y personal, así como que las habilidades que se adquieran en este proceso sirvan para distintos contextos (Vidriales et al., 2017).
Propondremos situaciones de trabajo en las que cada persona participa realizando completamente la tarea o colabora en algunas de las fases. Para esto es necesario:
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Que las tareas ocupacionales contengan pasos claramente diferenciados de mayor o menor complejidad.
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Que realicemos actividades de acuerdo a los niveles y posibilidades de nuestros clientes.
3.4. Bienestar personal: Cálido, positivo, libre de estrés, respetuoso e íntimo.
El diseño del entorno del servicio residencial de hogares cuenta con características específicas que lo hacen similar a un hogar propio para las personas con autismo. Nuestros clientes cuentan con un espacio individual tanto por su derecho a la privacidad, como por posibles problemas comportamentales o peculiaridades en el sueño. En este espacio pueden tener sus objetos personales con valor sentimental o relacionados con sus aficiones y gustos propios.
3.5. Participación en la comunidad.
Desde nuestro servicio impulsamos el acceso, la participación ciudadana y el disfrute de las personas con TEA en la sociedad, favoreciendo el conocimiento y el uso de los recursos comunitarios. Para ello es primordial el uso de recursos en la comunidad como tiendas, bares, centros comerciales o la participación en eventos sociales que sean del interés de nuestros clientes. Fomentando así la participación en espacios y actividades distintas al entorno cotidiano que enriquezcan sus oportunidades de aprendizaje y sus relaciones interpersonales.